27 de diciembre de 2011

Navidad: periodo de tiempo en el que se celebra el nacimiento de Jesús, momento para estar con la familia y disfrutar en compañía de los seres queridos.
Qué definición tan diferente tengo yo de la Navidad.
Navidad: periodo sin clase en el que engordo y tengo ropa nueva, en la que me acuerdo de los buenos y malos momentos vividos en el año. Momento en el que me doy cuenta de lo gilipollas que he sido, en lo cerca que he tenido tantas cosas y no las he cogido, en lo lejos que estaban cosas que creí que rozaba con la punta de los dedos. Periodo de tiempo en el que extraño a todos esos amigos con los que ya no hablo y a los que no voy a felicitar la Navidad, en el que me doy cuenta de todas esas personas a las que considero imprescindibles en mi vida y será la primera vez que felicite las navidades. Que cosa más extraña, ¿ no crees?

3 de diciembre de 2011

esta noche volví a recordar todo lo que en un momento me hizo feliz, volví a recordar su sonrisa y cómo sus manos me sujetaban bien fuerte para que nunca pudiese escaparme. Qué pronto llegó ese nunca. Me puse los cascos y la música empezó a sonar al máximo y de repente una de tantas canciones que eran solo nuestras empezó a sonar. ¿Casualidad o simple broma del destino? Y una, dos, tres, cuatro lágrimas. Me digo que soy gilipollas y aunque hago todo lo posible para que no ocurre empiezo a recordar esos momentos vividos a tu lado, a veces me vuelvo tan masoca que no sé ni cómo es que sigo viva. No sé cómo lo haces, pero da igual el tiempo que pasemos enfadados, da igual las veces que diga que te odio, da igual las veces que diga nunca jamás, esto ha terminado, da igual las veces que ponga el punto y final a esto, siempre vuelvo a ti. Somos como imanes de distinta polaridad, polos completamente opuestos que por una extraña razón la distancia no logra separar.