3 de diciembre de 2011

esta noche volví a recordar todo lo que en un momento me hizo feliz, volví a recordar su sonrisa y cómo sus manos me sujetaban bien fuerte para que nunca pudiese escaparme. Qué pronto llegó ese nunca. Me puse los cascos y la música empezó a sonar al máximo y de repente una de tantas canciones que eran solo nuestras empezó a sonar. ¿Casualidad o simple broma del destino? Y una, dos, tres, cuatro lágrimas. Me digo que soy gilipollas y aunque hago todo lo posible para que no ocurre empiezo a recordar esos momentos vividos a tu lado, a veces me vuelvo tan masoca que no sé ni cómo es que sigo viva. No sé cómo lo haces, pero da igual el tiempo que pasemos enfadados, da igual las veces que diga que te odio, da igual las veces que diga nunca jamás, esto ha terminado, da igual las veces que ponga el punto y final a esto, siempre vuelvo a ti. Somos como imanes de distinta polaridad, polos completamente opuestos que por una extraña razón la distancia no logra separar.

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