30 de agosto de 2011

un sueño, una promesa, un par de palabras, romper a llorar. Un "no llores", un "te quiero", un "esto nunca va a terminar". Un abrazo, un beso, una mirada, una caricia, romper a llorar. Un recuerdo de una tarde de verano a tu lado, otro recuerdo de un día en la piscina municipal a tu lado abrazándome en el agua con todo el mundo mirando y diciendo lo bonito que es, otro recuerdo de tus besos las caricias los marta no he querido a nadie como te quiero a ti, vuelvo a estar llorando. Miro una carta, ahí guardada en una cajita, saco una foto de mi cartera, observo un par de fotos colgadas en un corcho, entro al tuenti y voy al album. Y allí me quedo plantada, observando los tan bonitos momentos que hemos pasado, rezando para que vuelvan a mí, rezando por volver a abrazarte, rezando para volver a ser tuya, rezando por verte una vez más. Dos años, dos años pillada por ti desde la primera neurona de mi cabeza hasta la punta de mis pies, con los ojos llorosos cada vez que las cosas empiezan a ir mal, trabada hasta la médula, haciendo este blog y todos esos tablones solo por ti. Tantas veces he pensado en el final. La sombra de la soledad a mis pies esperando el momento perfecto para imbadirme pero aquí estás tú, mi sol personal, para hacer que ni la peor tormenta, ni la noche más larga, ni las lágrimas que surcan mi cara agujerén mi corazón. Eres el remedio a todas mis enfermedades, esa sonrisa que asoma por mi boca, el brillo en mis ojos, lo que hace que esas canciones sean importantes. Pienso en el pasado y lo único que recuerdo eres tú, veo mi presente y lo único que mis ojos quieren enfocar eres tú, imagino el futuro y mi mente solo llega a verte a ti. Recuerdo tu cara, el color de ojos tan azul como este océano que nos separa, esas patillas largas que siempre te han gustado tanto, tus orejas que me enamoran, tu piel tan clara como la mía, tu pelo que a veces se vuelve rubio, recuerdo tu voz y como me susurraba te quiero, recuerdo la suavidad de tus manos al acariciarme, como se enlazaban nuestras manos, recuerdo las lágrimas, las rayadas, los piques, los masajes, las peleas, las cosquillas en la piscina, cuando no querías irte de mi lado, tu pelo revuelto por el agua, cómo me mirabas. Recuerdo cada pequeño detalle a tu lado, cada segundo pasado a tu lado es imprescindible para seguir en pie. Y me dices que me amas, que me necesitas a tu lado, que nos volveremos a ver, que esto es posible. Y yo me lo creo todo, necesito creermelo porque sé que si algo de eso no es verdad, yo caigo y no vuelvo. Porque te lo digo siempre, eres tú y solo tú. Y no quiero a nadie más a mi lado. Y sé que si esto termina, que si dejas de decirme a mí te quiero y se lo dices a otra, que si dejas de rayarte por mis trabadas, que si dejas de decirme no me olvides nunca, sé que entonces todo en mi vida cambiará. El núcleo de mi vida que hace que todo tenga sentido se desprende de mí y entonces ya, nada tendría sentido. Sé que cuando dejes de tenerle celos a mis amigos, cuando dejes de extrañarte por mis estúpidas respuestas, cuando dejes de mirar mis tablones para ver si hay alguno para ti, sé que entonces todo habrá terminado, que es de siempre habrá sido tan relativo que ya se ha esfumado, que miraría todas esas fotos y lloraría aún más, que no le encontraría sentido a los tablones y ,que finalmente, todo sería como debería haber sido desde un principio. Porque sí, esto no es algo normal, pero esque nosotros lo somos? Obviamente que no. Esto debería haber terminado hace muchísimo y ahora ni tú tendrías que estar pensando cómo poder venir a verme ni yo estar soñando con que consigas venir.
Pero las cosas son así y yo cada noche seguiré durmiendo con solo una cosa en mi mente: tu regreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario